lunes, 3 de diciembre de 2018

¡Silvio, bajanda!



¿Viste al Choco cantando “El Necio” de Silvio?, me preguntó una amiga por el chat de Facebook. Por un segundo no me lo creí. Unos meses antes, cuando la furia con el “Palón Divino”, una revista digital compartió una publicación sobre un dúo entre el Chocolate MC, el reguetonero,  y Carlos Varela, el cantautor, “la Trova divina”, se llamaría el tema; sin embargo, al final del escrito, en letras mayúsculas se leía ¡FELIZ DIA DEL INOCENTE! Por si las moscas de la duda lo busqué en la red y ahí estaba. No encontré, por desgracia, en ningún rincón de la pantalla el cartel que anunciara la broma.

Semanas atrás me había sorprendido con el debut en el mundo editorial de Osmani García y de Dayami La Musa, exponentes del “cubanatón”, como se llama a la vertiente del reguetón producido en la Isla, con el libro de título “San Benji”. En la portada del ejemplar dirigido al público infantil aparece un niño que surca el cielo azul en un billete de cien dólares-alfombra voladora.

Ese resultó un periodo de fuertes emociones y lenta muerte del cinismo; sin embargo, la adaptación del tema de Silvio Rodríguez por el intérprete de música urbana, lo llamo así al no tener otra forma de clasificarlo, excedió bastante mis expectativas.

Una noche, tiempo después de este grotesco descubrimiento, comentaba con un colega sobre este fenómeno. Él me preguntó si en verdad resultaba tan negativo esta versión de la canción que a muchos nos hizo lanzarnos sobre el diccionario para buscar el significado de badajo.

Argumentó que de esa manera muchas personas, sobre todo jóvenes, que no conocían, una menor parte de ellos, ni consumían a Silvio, la mayoría, descubrirían su obra o, por lo menos, oirían de él por primera vez. En ese momento no le contesté; tal vez fuera porque, aunque sabía que su tesis estaba errada, el razonamiento con respecto a la audiencia de uno de los iniciadores del movimiento de la Nueva Trova no estaba muy lejos de la verdad, y escucharlo así, tan de repente y a ras del suelo, me entristeció bastante y me condujo al mutismo.

Este escrito constituye la réplica que me palpitaba en la cabeza esa noche, varias semanas atrás, y que ahora comparto con ustedes lectores. Es cierto que este “Necio modernizado”, alcanzará a nuevos públicos; sin embargo, me cuesta creer que desate una furia por escuchar a Silvio como una pequeña bomba con un gran radio de acción.

La canción posee una gran carga simbólica. Aparece en el principio del Periodo Especial y por ello su letra se volvió fe de la resistencia y el arraigo del pueblo cubano ante la crisis económica y social que se calentaba en el horno de los 90. Más tarde en diferentes momentos de reafirmación patriótica, como la vuelta de los Cinco Héroes, se utilizó como banda sonora.

En la otra cara de la moneda, Chocolate MC, pertenece a la subclase del reguetón popularmente conocido como “reparterismo”, la más underground y vulgar de sus vertientes. Él cuenta en su catálogo con canciones que hacen referencia explicitas, en un alto por ciento de los casos y en la porción que resta están muy mal disimuladas, a la violencia, la cosificación de la mujer, al consumo de drogas.

Por tanto este sujeto que se hace responsable por el tema musical que hoy más reproducen las bocinas portátiles y cuyo título en la calle se conoce por la feminización del gerundio bajando, “Bajanda”, no constituye un comunicador virgen o neutral. Cualquier sonido que provenga de su boca o del programa de audio que emplee lo permea sus antecedentes y esto lo desvirtúa al instante. Dudo mucho que en un futuro cercano padezca un cambio, como el palón, divino del día a la noche.


Esperemos que en ningún momento tengamos que gritar ¡Silvio, bajanda!, porque su legado se perdió entre los decibeles de los bafle de las discotecas. En la actualidad el Ministerio de Cultura toma disposiciones, como el Decreto 349 que, si se aplican correctamente, reducirá el consumo de estos productos que menoscaban la identidad nacional y exaltan los valores negativos y la discriminación social. Por suerte, “El Necio”, para hacerle honor a su nombre, se mantiene firme como himno para todos aquellos que creen en la historia y en el mejoramiento humano.                                    

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